Asegura que no tiene ni idea de fotografía pero sus instantáneas y videos se han convertido en uno de los mejores escaparates de Santander y Cantabria. Conocido más por su apellido, usa nombre de cámara cinematográfica para retratar con su inseparable iPad –“ahora me costaría vivir sin él”, reconoce– lo que se va encontrando a diario desde que amanece a la par que el sol. Torrelaveguense de cuna y santanderino de adopción, este ingeniero técnico de Minas luce risueño y moreno de paseante jubilado, un hábito y condición que le permiten captar con mirada relajada y sin prisas lo que ocurre a su alrededor, además de cumplir con las recomendaciones de su médico para cuidarse y bajar de peso. Dice ser goloso, comedor de un solo plato y no haber probado el alcohol en su vida. Disfruta leyendo y contestando los comentarios de sus seguidores en la redes sociales, una comunidad internacional que se acerca a las 150.000 personas a los que garantiza que seguirá ofreciendo sorpresas. Afirma que intenta pasar desapercibido y que prefiere estar detrás que delante de la cámara y concede satisfecho que lo suyo es imagen en positivo.

Pregunta.- La jubilación le cambió la vida y le convirtió en fotógrafo. ¡Toma!
Respuesta.-Sí me cambió la vida, pero no me convirtió en fotógrafo porque no lo soy. No sé manejar una cámara fotográfica. Yo empecé enredando en Twitter y he acabado enredado en las redes.
P. – Sostiene con modestia que usted solo apunta y dispara y que lo demás es cosa de su hija Eva. ¿Amor de padre?
R.- Bueno, digamos que es un trabajo al 50%.El blog lo lleva Eva pero el Facebook lo manejo yo. Lo que más se ve es el video en directo que hago todos los días a eso de las 8,15 h. El de ayer (domingo) lo vieron más de 38.000 personas y el de hoy [esta entrevista se ha realizado a las seis de la tarde] ya va por las 26.000 visitas y cerca de 500 comentarios.
P. – Lo suyo es un proyecto familiar compartido desde Santander y Barcelona, donde reside su hija. ¿Tendiendo puentes a ver si cunde el ejemplo?
R.- Ojalá que así fuera. Ella vive allí muy a gusto y tranquila y habla muy bien de los catalanes. A mí, la verdad, siempre que he ido me han tratado muy bien.
P. – Cinco años retratando a diario paisajes y gentes de la tierruca dan para mucho. ¿Empeñado en hacer bueno el eslogan de Cantabria Infinita?
R.- Pues sí. Es infinita y todos los días distinta. En mis trayectos por la ciudad no veo dos días iguales.
P. – Están en contacto permanente por Facetime, comparten los archivos por Dropbox y Wetransfer, chatean por Telegram y cuentan por legión sus seguidores en las redes sociales. A moderno no le gana nadie.

“Soy fotógrafo de las primeras horas del día”

Vivimos En Una Ciudad Que Cuando Me Levanto Ya Tiene El Decorado Puesto

R.- ¡Sí, hombre!, habrá muchos que me ganen. Lo mío es el iPad y en menor medida el iPhone. Lo que trato de estar siempre conectado con el mundo. Soy un seguidor de la manzana por comodidad (el símbolo y significado de Apple), pero a mí me gusta más el melón (se ríe).
P. – ¿Hay algo que no le entre por los ojos?
R.- Las cosas desagradables no entran en mi objetivo. Procuro evitar todo aquello que pueda incomodar a alguien.
P. – Robert Frank aseguraba que hay una cosa que toda fotografía ha de tener: la humanidad del momento. ¿Lo comparte?
R.- Yo sigo el consejo que me dio mi hija: mételes el bicho. Busco la naturalidad e incluir algo que se mueva, que tenga movimiento. De todas formas, vivimos en una ciudad que cuando me levanto ya tiene el decorado puesto. Y eso es una inmensa suerte.
P. – Otra ilustre fotógrafa, Imogen Cunningham, afirmaba que su fotografía preferida era la que a iba hacer al día siguiente. ¿La suya también está por hacer?
R.- No especialmente. Las que vayan saliendo. Hago fotografías pero no soy un amante de la fotografía. Yo he nacido para hacer fotografías con el iPad. Nada más. Las retoco al momento con un programa y ya está. Y no hago más porque me canso. En cualquier caso, las escenas me las tengo que encontrar. No voy buscándolas.

“Lo que trato es de estar siempre conectado con el mundo”

P. – Sus fotografías hablan a menudo de cosas que pasan junto al mar. ¿Le seduce más que la tierra?
R.- Sí. Observo que las que tomo de paisajes de interior o de escenas urbanas tienen menos ‘me gusta’. Prefieren las que sale el mar. Quizá sea porque muchos de nuestros seguidores viven en el interior y mis fotografías les transportan a la costa.
P. – Ya puestos, ¿no le tienta la fotografía gastronómica?
R.- No, aunque de vez en cuando cuelgo fotos de restaurantes o mercados que visito. Pero soy más de exteriores. Y más de color. Estamos en la época del color.
P. –¿Cuáles los ingredientes para conseguir una buena instantánea?
R.- Un cielo bonito y la luz de la mañana. Soy fotógrafo de las primeras horas del día. Me gusta fotografiar la ciudad despertándose.
P. – Últimamente también ha incorporado a su trabajo el video. ¿Con qué se expresa mejor?
R.- No tengo una preferencia especial por ninguno de los dos formatos. Que use uno u otro depende más de la prisa que tenga que de otra cosa. Alternamos. Pero en el fondo me da igual porque al final a mí me lo hace todo el iPad.

Vivimos En Una Ciudad Que Cuando Me Levanto Ya Tiene El Decorado Puesto

¿Desayuno, comida o cena?
Comida

Un aperitivo
No soy de tomar aperitivo. Pero me gustan las rabas.

De cuchara
El cocido que prepara mi mujer

De tenedor
Un solomillo. Soy más de carne que de pescado, aunque ahora estoy cambiando.

Un postre
Tarta de queso

Un lugar para comer
En casa y si tengo que salir, que sea un restaurante tranquilo.