Benditos callos

Este local de sabrosas propuestas culinarias presentadas con mimo cuenta en su carta con unos deliciosos callos de Wagyu procedente de la Finca de Santa Rosalía, en Palencia, todo un referente en la selección y alimentación de reses de esta raza de origen japonés. De no perderse tampoco sus callos de bacalao con huevo poché trufado.

María Ángeles apuntala a diario el buen hacer de esta su casa que cada vez es la de más personas con propuestas nada rimbombantes pero tremendamente honestas y efectivas. Como muestra, unos melosos callos herencia de su madre Conchita.

En este establecimiento de cocina casera de altas prestaciones situado en Cueto, a lomos de la ciudad, Pilar Achurra elabora con mucho mimo y su buen hacer de siempre unas sabrosos callos y pata de ternera embalados en una más que apetitosa salsa de la casa.

Nacho del Corral parte de grandes piezas para, después de blanquearlas, preparar un sustancioso plato de callos y morro de ternera aderezado con sofrito de cebolla, ajo, una pizca de pimentón, ñoras y tomate triturado gustosamente rematado con un hueso de caña y una picada de perejil, almendra y ajo. No están en carta, pero ya son bandera de la casa.

Este restaurante de buen ambiente y mejor estampa reúne en su carta propuestas del mar, la tierra y la huerta tan dispares como apetecibles. Entre ellas, unos callos de ternera con morro de chuparse los dedos.

En esta bonita bodega con sabor a viejo colmado Nacho Zarataín propone unos callos muy particulares y con un ligero toque dulce elaborados a base de vísceras de vaca vieja condimentados con tomate, cebolla, jamón ibérico, chorizo, morcilla asturiana, pimiento choricero, aceitunas, garbanzos y hasta uvas pasas. Para gustos.

Antonio Núñez Seoane, 'Toñín' el del Puerto, presume con orgullo y cierta guasa de que lo mejor de su glamurosa carta no son los peces y mariscos, como cabría suponer de este restaurante de postín y venturosa barra, sino los callos que sirve en cazuela y cantidad holgada. Por algo será.

Antonio Ruiz da muestra una vez más de su maestría con este exquisito plato de callos de ternera con su pata y morro regados con una rica salsa vizcaína condimentada con pimiento choricero, cebolla, chorizo y pan frito. De muy señor mío.

Esta espaciosa bodega con sabor de antaño y pionera en servir raciones y cazuelitas ofrece una cuidada comida casera con productos de máxima calidad. Los callos de ternera con chorizo son todo un clásico de su carta desde hace más de treinta años.

Este restaurante abarloado a Puertochico propone una cocina creativa y de raíces repleta de tentadoras propuestas. Los callos de novilla, que elabora al estilo vizcaíno con algo de morro y acompañados al gusto del cliente con huevo ecológico o patatas fritas, son de los que quitan el sentido.

Este restaurante de cocina creativa e innovadora y cuidada presentación ofrece unos deliciosos callos de bacalao con chorizo picadito y mucha cebolla oportunamente regados con salsa kimchi. De sensación.

Este pequeño templo gastronómico de cocina casera y desbordante simpatía despacha un más que generoso plato de callos de ternera aderezados con morro de cerdo. De pan y moja que, si se desea, pueden aliñarse con huevos o patatas fritas.